Si bien la crisis financiera internacional es algo que a muchos ha agarrado como novedad, es algo que se veía venir. Simplemente responde al debate que existe entre izquierda y derecha a partir de la aplicación de modelos económicos.
Así, el tema de la crisis ocurrida en la primera potencia del mundo, tiene repercusiones en todo el mundo. Por algo siempre hemos escuchado decir que cuando Estados Unidos se resfría, a los demás países –en especiales los latinoamericanos- les da pulmonía.
Ahora bien, los altos mandos del poder declararon hace unas semanas que esta crisis no afectaría mucho a nuestro país, puesto que era algo coyuntural que no tendría efectos secundarios a futuro.
Esta declaración surgió justo después de que el pasado viernes 10 de octubre del presente año, la Bolsa de Valores de Lima (BVL), registrara su mayor caída diaria de su historia, en una sesión en la que se suspendieron las transacciones debido al pánico y la baja del mercado, algo que no ocurría en América Latina desde los ataques del 11 de septiembre del 2001 en EE.UU.
El desplome de 10.81% del índice general que sufrió la BVL estuvo en línea con el derrumbe de los mercados mundiales, a lo que se abonó la crisis política que atraviesa el gobierno a raíz del escándalo de corrupción de los “petroaudios”.
Además, cabe indicar que el índice general de la plaza peruana durante octubre perdió un 32.2%. Mientras que el anterior derrumbe récord de la bolsa limeña se registró curiosamente durante el primer gobierno del actual presidente, el cuatro de septiembre de 1985, con un 9.2% de pérdida.
Por ello, es necesario entender que, si bien Perú está bien preparado para afrontar esta crisis, debido a que los niveles de inflación ahora están más bajos, y los niveles de reserva y economía se hallan en crecimiento; -lo cual permite amortiguar bien el golpe- no estamos exentos de esta crisis.
Esta tiene como consecuencia el hecho de que el modelo neoliberal de los EE.UU. se extendió mucho, por lo que se comenzó a extender créditos a cualquier persona. Cuado sucede este tipo de préstamos bancarios cuantiosos a personas que potencialmente no pueden pagar –personas sin empleo, sin trabajo seguro-, se deriva en una crisis como la que está viviendo actualmente el mundo.
En el caso nuestro, esto ha motivado que se contraiga nuestra economía. Un claro ejemplo de ello son las textiles. Estas, simplemente se ven condenadas a la quiebra, puesto que vendían sus productos a los EE.UU. y este simplemente ha dejado de comprar sus productos, por lo cual ha desaparecido un gran mercado que le generaba cuantiosas ganancias.
Otro factor preponderante en el que se ve afectado el Perú, son las remesas familiares que conforman una fuente de ingreso importante para nuestro país. Aproximadamente, en los Estados Unidos habitan entre un millón y medio, y dos millones de peruanos, los cuales envían dinero periódicamente a sus familiares, los cuales se ven afectados por la constante fluctuación que viene sufriendo el dólar, predominando una tendencia a la caída libre, por lo cual la gente se ha visto obligada a restringir sus gastos.
Ante tales supuestos, bajo cualquier estándar económico, la burbuja especulativa generada por el aumento del precio de los activos muy por encima de su valor subyacente, reventó. Sin embargo, este tipo de burbujas existen desde que se crearon los mercados, y las cuales tienden a desinflarse con el paso del tiempo, pero que sin embargo causan un enorme daño económico en el proceso, tal como el que estamos viviendo ahora.
jueves, 16 de octubre de 2008
Una burbuja que reventó
martes, 14 de octubre de 2008
Bolivia y su afición incendiaria
Con la llegada de la primavera, despierta una gran necesidad en grandes sectores del agro boliviano por un impulso de quemar tierras agrícolas y forestales del hemisferio sur y oriental para limpiar y ampliar sus áreas de cultivo, en una práctica ancestral llamada "chaqueo". En este acto se queman los campos pretendiéndose alimentarlos con las cenizas de lo que exista sobre los surcos, para así abrir paso a la siembra que antecede a las lluvias.
Sin embargo, este año la quema de pastizales ha dado lugar a una intensa humareda en el cielo boliviano, sobre todo en la zona oriental del país, en Santa Cruz, lo que ha provocando afecciones respiratorias y cierre de aeropuertos.
Así, se prevé que nadie en el mundo ha sido tan exitoso en la destrucción de su bosque tropical, como tampoco nadie ha hecho tanto en tan poco tiempo por destruirlo sin ningún motivo como Bolivia. Brasil ocupa porcentualmente un lugar predominante en destruir la selva. Sin embargo, allí el desatino esconde un fin de lucro. En Bolivia ni siquiera eso.
Hoy es posible ver una foto satelital de la NASA sobre Bolivia en internet y encontrarse con una cicatriz en medio del país donde alguna vez hubo selva y hoy no hay más que terreno quemado y deforestado. En Brasil también se pueden apreciar infinitas extensiones deforestadas de lo que alguna vez fue la Amazonía. Pero ellas lucen resembradas con soya.
El problema con los bolivianos es que sus quemas por el chaqueo se salen de control y acaban quemándose miles de kilómetros cuadrados de selva o ex selva, llenando de humo el ambiente en millones de kilómetros cuadrados sobre la selva de países como Perú, Brasil, Paraguay, e incluso Argentina.
Ahora, si bien los miles de incendios que afectaron desde comienzos de octubre al oriente y sur de Bolivia, empezaron a apagarse con la temporada de lluvias que cayeron este fin de semana, en países como Perú –la temporada de lluvias ya empezó-, no podrán hacerlo normalmente en presencia de una atmósfera llena de humo.
Según el diario La Prensa de La Paz, este año se han detectado cerca de 26.000 focos de fuego (188.000 en los últimos diez años), que han quemado más de 20.000 hectáreas, según cifras preliminares de fuentes oficiales, las cuales han obligado a evacuar a cerca de mil familias de las zonas de riesgo.
Asimismo, seis de los nueve departamentos bolivianos se vieron afectados por el chaqueo, de los cuales Santa Cruz cuenta con un 70 % de estos fuegos.
Al parecer, el presidente Evo y su gobierno poco o nada les importa controlar su chaqueo. Y este no debe ser el caso de los demás países. Las imágenes de satélite que se recibe en Internet de Bolivia muestran por lo menos un par de cientos de focos de incendios atribuibles al chaqueo. Demasiado alto en número y demasiado temprano en el calendario.
Resulta evidente que hay una lógica de destrucción o de maximización de ingresos detrás de leyes Agraria y Forestal de Bolivia, las cuales atentan contra la conservación del bosque, no solo boliviano, sino también peruano, Brasileño y paraguayo. Cambiar esa lógica es también responsabilidad nuestra.
La devastación forestal por incendios en la región, con todas las graves consecuencias que conlleva, y la peligrosa tendencia que muestra año a año, demanda medidas urgentes medidas de prevención y el estudio de modelos alternativos de producción.
Esta práctica de quemar a manera de "limpiar" el terreno para recomenzar la producción, está deteriorando de manera muy grave el entorno y la salud. No es la única alternativa. Es más, el deterioro de la tierra es significativo al chaquear. O es que limpiar a mano o con máquinas es muy costoso, Por ello, ¿el chaqueo no debería ser sencillamente ilegal?