domingo, 19 de abril de 2009

Barack Obama y otra promesa cumplida


Pocas veces se ha visto que un presidente recientemente electo cumpla a milímetro las promesas hechas durante su campaña electoral. Pues bien, este es el caso del actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.

Es así como el país norteamericano toma un rumbo completamente nuevo, donde el presidente número 44 de la historia ‘gringa’ genera una ruptura de la lógica tradicional en lo que a los últimos 30 años de presidentes americanos se refiere.

El primer discurso

Obama propuso redesplegar las tropas en Irak para así poder incrementar el número de soldados en Afganistán. Así, para el verano de 2009, se enviarían entre 20.000 y 30.000 militares adicionales, duplicando el número de efectivos que se encuentran desplegados en la zona.

Cabe recordar que la oposición de Obama a la Guerra de Irak fue una de las principales razones de su inicial ascenso como figura pública, y eso a pesar de que su equipo de seguridad nacional está constituido de gente que apoyó ampliamente la guerra.

En su primer discurso habló poco sobre política exterior y defensa, pero hizo hincapié en que el conflicto se había cobrado la vida de 4.250 soldados de EEUU en seis años, por lo que más allá de manifestar su apoyo, orgullo y agradecimiento a las tropas por el servicio que prestan, manifestó que pronto anunciaría “una nueva estrategia de salida de Irak que entregue el país a sus ciudadanos y que acabe esta guerra de forma responsable”.

“Déjenme decirlo de la manera más clara posible: para el 31 de agosto de 2010 finalizará nuestra misión de combate en Irak”, ha dicho el presidente estadounidense. “Completaremos esta transición a los responsables iraquíes y traeremos de vuelta a nuestros soldados con el honor que se han ganado”, prometió.

Para entonces, los casi 50.000 soldados que se mantendrán en territorio iraquí tendrán otras funciones, como labores de ayuda en el entrenamiento del Ejército iraquí y cobertura de seguridad para el desarrollo de proyectos internacionales y delegados diplomáticos, así como en algunas operaciones antiterroristas.

El plazo

Pero de manera progresiva, los soldados irán regresando a casa hasta no quedar ninguno en Irak, tal y como se comprometieron los dos países.

Ante esta decisión, el diario The Guardian informó que algunos congresistas, que se oponen a la guerra de Irak, comunicaron al presidente su malestar por dejar para esa fecha una cifra tan elevada de soldados.

Sin embargo, Obama seguirá con su promesa, la cual también incluye un presupuesto en el que recorta el gasto para los conflictos en Afganistán e Irak.

Las dos contiendas recibirán 130.000 millones de dólares en el año fiscal que empieza en octubre de este año y se extiende hasta octubre de 2010. Esto supone 11.500 millones de dólares menos, un 8% por debajo de lo que planeó el año anterior y lejos de las necesidades que los jefes militares habían presentado a la Casa Blanca.

A pesar de la presente reducción del gasto militar, la nueva administración anunció la necesidad de monitorearlo, debido principalmente al oscurantismo en el que se movió la Administración de George Bush y el recurrente uso de “los fondos de emergencia”. De esta forma, muchas de las partidas que se destinaban a las guerras y a las fuerzas armadas quedaban fuera de las cuentas del presupuesto nacional.

Adiós Irak

Pese a todo la retirada tendrá lugar tres meses después de lo prometido durante su campaña electoral. Obama accedió a cambiar sus planes iniciales tras consultar a los mandos militares desplegados en Irak, quienes le pidieron al presidente un plazo de 23 meses.

Pero al fin y al cabo, el presidente Barack Obama ha mostrado la intención de que su Gobierno propicie un acercamiento “sostenido y guiado por principios” con todos los países en Oriente Medio, “incluidos Siria e Irán”, dos países tradicionalmente enemigos de Estados Unidos.

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